A esta altura, el terapeuta de Justin debe estar pidiendo refuerzos al Pentágono. Se supone que él y su novia Hailey Baldwin están viviendo los mejores momentos de sus vidas. Son talentosos, exitosos, encontraron el amor y se van a casar. El tema es que ambos (principalmente Justin) tienen los sentimientos a flor de piel y una vez por semana son noticia porque se los ve llorando.

Ahora, fue en las calles de Nueva York. El cantante se bajo de su flamante Lamborghini rojo para demostrar que también puede ser un chico normal y salió a pedalear en bici (esas que se alquilan, como cualquier hijo de vecino) con su chica por la ciudad. En el medio del paseo pintó la emoción o pintó el bajón (es lo que no sabemos) y se puso a lagrimear. Al darse cuenta de que estaba rodeado de gente con cámaras, se refugió en un café. Su novia también lloró. Y lo contuvo.

Ahora, los preocupados son los fans del rubio. Recordemos que esta situación se repitió algunas semanas atrás después de que formalizarán su compromiso. La pregunta sigue latente: si está todo bien... ¿Qué le pasa a Justin?